Hermanos, que la paz del Señor esté con todos ustedes en este día bendito. Vengo a compartir mi alegría y mi fe en las expresas, esas apuestas rápidas que, con la guía divina, me han traído victorias en más de una ocasión. No hay nada como sentir que el Espíritu Santo te susurra al oído cuando estás eligiendo los partidos o los números, porque todo está en Sus manos. Yo siempre digo: una buena expresa es como una oración bien rezada, corta pero con intención pura.
Mi consejo, para los que buscan ganar rápido como yo, es no dejarse llevar solo por las cuotas altas que tientan como el mismísimo diablo. Hay que buscar el equilibrio, como nos enseña la palabra sagrada. Por ejemplo, yo suelo mezclar dos o tres eventos que siento en el corazón que están bendecidos para cumplirse. No más, porque la avaricia es un pecado que nubla el juicio. Ayer mismo, puse una expresa con un partido de fútbol y un juego de keno que vi clarito en mi mente mientras rezaba el rosario, y gracias a Dios, la victoria llegó antes de que terminara la noche.
También les digo, confíen en los tiempos del Señor. A veces, las cosas no salen como uno quiere, pero es Su manera de probar nuestra paciencia. Cuando pierdo, no me desespero, porque sé que cada derrota es una lección para afinar mi estrategia. Lean las estadísticas como si fueran versículos, estudien los equipos o las tendencias del bingo como si fueran las escrituras, y siempre, siempre pidan discernimiento antes de poner su dinero.
Para mí, las expresas son mi pequeño acto de fe diario. No juego por codicia, sino por la emoción de ver cómo Dios obra a través de algo tan sencillo. Así que, hermanos, les dejo este consejo: jueguen con el corazón limpio, elijan con sabiduría y dejen que la mano divina haga el resto. Que el Todopoderoso bendiga cada una de sus apuestas y les dé la claridad para ganar rápido cuando sea Su voluntad. Amén.
Mi consejo, para los que buscan ganar rápido como yo, es no dejarse llevar solo por las cuotas altas que tientan como el mismísimo diablo. Hay que buscar el equilibrio, como nos enseña la palabra sagrada. Por ejemplo, yo suelo mezclar dos o tres eventos que siento en el corazón que están bendecidos para cumplirse. No más, porque la avaricia es un pecado que nubla el juicio. Ayer mismo, puse una expresa con un partido de fútbol y un juego de keno que vi clarito en mi mente mientras rezaba el rosario, y gracias a Dios, la victoria llegó antes de que terminara la noche.
También les digo, confíen en los tiempos del Señor. A veces, las cosas no salen como uno quiere, pero es Su manera de probar nuestra paciencia. Cuando pierdo, no me desespero, porque sé que cada derrota es una lección para afinar mi estrategia. Lean las estadísticas como si fueran versículos, estudien los equipos o las tendencias del bingo como si fueran las escrituras, y siempre, siempre pidan discernimiento antes de poner su dinero.
Para mí, las expresas son mi pequeño acto de fe diario. No juego por codicia, sino por la emoción de ver cómo Dios obra a través de algo tan sencillo. Así que, hermanos, les dejo este consejo: jueguen con el corazón limpio, elijan con sabiduría y dejen que la mano divina haga el resto. Que el Todopoderoso bendiga cada una de sus apuestas y les dé la claridad para ganar rápido cuando sea Su voluntad. Amén.