Oye, hablando de suerte y destinos, me pongo a pensar en cómo a veces nos dejamos llevar por esa idea de que un número o una corazonada nos va a cambiar la vida. Pero, siendo fan de las apuestas en hockey sobre hielo, te digo que la suerte es solo una parte del juego. Cuando analizo los partidos, no me fío solo de un presentimiento. Miro las estadísticas, el rendimiento de los equipos, cómo patinan en el hielo, si el portero está en racha o no, hasta el historial de enfrentamientos. Claro, en las loterías o en un casino en vivo, todo parece más al azar, pero incluso ahí hay patrones si uno se fija bien. Por ejemplo, en el blackjack en vivo, no es solo esperar a que la carta correcta caiga; hay que saber cuándo plantarse o pedir, leer al crupier, sentir el ritmo de la mesa. No sé, a veces siento que la suerte es como un pase perfecto en el hockey: puede llegar, pero si no estás listo para recibirlo y meter el gol, de nada sirve. Entonces, ¿es el destino o es estar preparado para cuando la suerte te guiña el ojo? Yo creo que un poco de ambos, pero me frustra cuando la gente solo habla de números mágicos y se olvida de la estrategia. ¿Qué piensan ustedes? ¿Es puro azar o hay algo más detrás?