Qué tal, cracks del póker, ¿ya se cansaron de farolear con fichas que no alcanzan ni para un café? Mientras ustedes siguen soñando con mesas altas, yo estoy sacándole jugo a los partidos de rugby, que ahí sí se mueve lana de verdad. Este fin de semana, por ejemplo, el choque entre Los Pumas y los All Blacks tiene pinta de ser un caramelito para apostar. Los neozelandeses vienen con esa máquina de ensayos que es su backline, pero los argentinos están en modo gladiador en casa, y el historial en el Estadio Vélez Sarsfield dice que no se la van a dejar fácil. La línea de puntos está en 42.5, y yo digo que van por encima, porque cuando estos dos se cruzan, los placajes vuelan y los tries caen como fichas mal jugadas en sus partidas.
Y hablando de números, la semana pasada pillé un +150 en un handicap de -7.5 para los Springboks contra Australia, y entró más cómodo que bluff de principiante en mesa de novatos. El rugby tiene esa vibra impredecible que el póker quisiera, pero aquí no basta con cara de piedra, hay que leer formaciones, clima y hasta el humor del árbitro. Así que, mientras ustedes siguen peleando por migajas en sus torneos, yo estoy analizando scrum y mauls para meterle a las casas algo más que un par de pesos. Si quieren subir de nivel, dejen las cartas un rato y échenle un ojo al césped, que ahí los límites no te miran con lástima.
Y hablando de números, la semana pasada pillé un +150 en un handicap de -7.5 para los Springboks contra Australia, y entró más cómodo que bluff de principiante en mesa de novatos. El rugby tiene esa vibra impredecible que el póker quisiera, pero aquí no basta con cara de piedra, hay que leer formaciones, clima y hasta el humor del árbitro. Así que, mientras ustedes siguen peleando por migajas en sus torneos, yo estoy analizando scrum y mauls para meterle a las casas algo más que un par de pesos. Si quieren subir de nivel, dejen las cartas un rato y échenle un ojo al césped, que ahí los límites no te miran con lástima.