¡Epa! Anoche fue una locura en el casino, ¿saben?
Me lancé con las tragamonedas y, de repente, ¡pum! Una racha que no paraba. Gané un buen pellizco, no voy a mentir, pero lo más divertido fue ver la cara de los demás cuando las luces y sonidos no paraban.
Analicé un poco mis jugadas después y creo que la clave fue no apurarme y disfrutar el momento. ¿A alguien más le ha pasado algo así? ¡Cuéntenme! 


