Qué tal, compas. Últimamente los días se sienten como una mala racha que no termina, y las cartas no ayudan mucho. He estado probando un sistema nuevo, algo raro que se me ocurrió entre café y desvelo: apostar fuerte en las primeras manos del día, pero solo si el bote inicial no pasa de cierto punto. La idea es pillar desprevenidos a los que juegan conservador cuando todo está gris. A veces funciona, a veces me deja viendo el techo preguntándome por qué sigo intentándolo. Hoy gané un par de manos así, pero no sé si es suerte o si de verdad hay algo ahí. Alguien más ha jugado con ideas así cuando el ánimo pesa más que las fichas?