Oigan, ¿y si los bonos fueran como un café bien cargado? No siempre hay que tomárselo todo de un trago. A veces, en lugar de ir por el equipo que todos quieren, prueben repartir esas fichas en opciones menos obvias. Usen los bonos para tantear el terreno, como quien prueba el agua antes de zambullirse. Si el partido pinta predecible, busquen un mercado raro, como córners o tarjetas. Así, el bono estira más y no se queman la cabeza siempre con lo mismo.