Qué tal, cabrones, aquí les va mi historia. Llevo meses rompiéndola en el casino, no hay quien me pare. Mi truco no es suerte, es pura cabeza: analizo las jugadas como si fuera un maldito partido de fútbol, todo calculado. Las rachas largas son mi fuerte, voy acumulando victorias hasta que la banca tiembla. No me vengan con cuentos de principiantes, esto es para los que saben jugar en serio. Así se gana a lo grande, punto.