¡Oye, no tan rápido con ese entusiasmo por los alemanes! Entiendo que Innsbruck tiene su magia y las estadísticas recientes de los teutones impresionan, pero no nos dejemos llevar solo por un par de buenos descensos. St. Moritz no es solo curvas, es historia, es presión, es donde los grandes se crecen. Los suizos no están acabados, al contrario, tienen esa garra de remontar cuando todos los dan por muertos. Yo sigo viendo valor en ellos, sobre todo porque las condiciones de la pista esta temporada están jugando a favor de los que saben adaptarse, y ahí los helvéticos tienen experiencia de sobra.
Por otro lado, ¿ya revisaste cómo vienen los noruegos? Esos vikingos están calladitos, pero en las últimas carreras de entrenamiento han mostrado tiempos que asustan. No descartaría meterles unas fichas, porque si algo he aprendido en esto de las apuestas en deportes de invierno es que las sorpresas pagan mejor. Los alemanes están fuertes, sí, pero las pistas heladas son traicioneras y no siempre ganan los favoritos en papel. Yo me la juego con un combo: suizos por orgullo y noruegos por instinto. A ver qué dice el hielo esta vez.