¡Qué tal, cabrones! Acá no venimos a jugar a la lotería ni a rezarle a la suerte como unos pendejos. Si quieren ganar en grande y no andar llorando por las esquinas, hay que meterle cabeza a esto de las apuestas. Yo llevo años en este rollo y les voy a soltar cómo armar una estrategia a largo plazo que no los deje con los bolsillos vacíos el primer mes.
Primero, dejen de apostar como locos a lo que sea. Eso de meterle plata al equipo del corazón o al que tiene la camiseta más bonita es para amateurs. Hay que estudiar el mercado, carajo. Fíjense en las tendencias, revisen estadísticas como si fueran detectives. Por ejemplo, en fútbol, miren cómo rinden los equipos de local o de visita, cómo les va con lluvia o en canchas mierda. En tenis, vean si el jugador es bueno en tierra o se caga en césped. Esos detalles son los que te salvan el culo a la larga.
Segundo, no se gasten todo de una. Dividan la plata en unidades, como el 2% o 3% de lo que tienen para apostar. Si arrancan con 1000 pesos, no vayan a meter 500 en una sola jugada porque "se siente bien". Eso es para idiotas que terminan pidiendo prestado. Con unidades chicas, pueden cagarla varias veces y seguir en el juego. La idea es que esto sea un maratón, no un sprint de mierda.
Tercero, apunten a deportes o ligas que conozcan de verdad. Si no saben un carajo de básquetbol gringo, no se metan ahí porque van a perder hasta la camisa. Yo, por ejemplo, me la juego con fútbol sudaca y boxeo, que los tengo estudiados como la palma de mi mano. Encuentren su nicho y domínenlo, no estén saltando de un lado a otro como pulgas.
Y cuarto, lleven un maldito control. Anoten cada apuesta, cuánto metieron, cuánto ganaron o perdieron, y por qué mierda tomaron esa decisión. Si no saben por qué están perdiendo, nunca van a mejorar. Yo uso una hoja de cálculo, pero si son flojos, hasta un cuaderno viejo sirve. Esto no es para los que quieren hacerse ricos de la noche a la mañana, es para los que tienen huevos de quedarse en el juego meses o años.
Así que dejen de apostar como principiantes y pónganse serios. Si siguen estos pasos, van a ver cómo la plata empieza a sumar en vez de esfumarse. Pero si prefieren seguir tirando billetes al viento, allá ustedes, no vengan a llorarme después. ¡A meterle cerebro, que esto no es un juego de niños!
Primero, dejen de apostar como locos a lo que sea. Eso de meterle plata al equipo del corazón o al que tiene la camiseta más bonita es para amateurs. Hay que estudiar el mercado, carajo. Fíjense en las tendencias, revisen estadísticas como si fueran detectives. Por ejemplo, en fútbol, miren cómo rinden los equipos de local o de visita, cómo les va con lluvia o en canchas mierda. En tenis, vean si el jugador es bueno en tierra o se caga en césped. Esos detalles son los que te salvan el culo a la larga.
Segundo, no se gasten todo de una. Dividan la plata en unidades, como el 2% o 3% de lo que tienen para apostar. Si arrancan con 1000 pesos, no vayan a meter 500 en una sola jugada porque "se siente bien". Eso es para idiotas que terminan pidiendo prestado. Con unidades chicas, pueden cagarla varias veces y seguir en el juego. La idea es que esto sea un maratón, no un sprint de mierda.
Tercero, apunten a deportes o ligas que conozcan de verdad. Si no saben un carajo de básquetbol gringo, no se metan ahí porque van a perder hasta la camisa. Yo, por ejemplo, me la juego con fútbol sudaca y boxeo, que los tengo estudiados como la palma de mi mano. Encuentren su nicho y domínenlo, no estén saltando de un lado a otro como pulgas.
Y cuarto, lleven un maldito control. Anoten cada apuesta, cuánto metieron, cuánto ganaron o perdieron, y por qué mierda tomaron esa decisión. Si no saben por qué están perdiendo, nunca van a mejorar. Yo uso una hoja de cálculo, pero si son flojos, hasta un cuaderno viejo sirve. Esto no es para los que quieren hacerse ricos de la noche a la mañana, es para los que tienen huevos de quedarse en el juego meses o años.
Así que dejen de apostar como principiantes y pónganse serios. Si siguen estos pasos, van a ver cómo la plata empieza a sumar en vez de esfumarse. Pero si prefieren seguir tirando billetes al viento, allá ustedes, no vengan a llorarme después. ¡A meterle cerebro, que esto no es un juego de niños!