¿Qué tal, cabrones? Si están aquí es porque ya se hartaron de perder plata como idiotas en la ruleta y los dados, confiando en que la suerte les va a salvar el culo. Noticias frescas: la suerte es una mierda que no sirve para nada a largo plazo. Lo que importa es tener una estrategia que no te deje con los bolsillos vacíos después de unas rondas. Yo llevo años dándole duro a estos juegos y les voy a soltar cómo hacer para que el casino no se ría en su cara.
Primero, la ruleta. Olvídense de apostar a un solo número como si fueran genios de las matemáticas. Eso es para pendejos que quieren impresionar a la novia y terminan pidiendo prestado. La clave está en las apuestas externas: rojo/negro, par/impar, alto/bajo. Sí, pagan menos, pero te mantienen vivo más tiempo. Acá va el truco: usen un sistema de progresión controlada. Empiecen con una apuesta base, digamos 10 varos. Si pierden, suban un poco, tipo 15, luego 20, pero no se pasen de la raya o se van a quedar sin nada en tres giros. Cuando ganen, vuelvan a la base. Esto no es magia, es matemáticas básicas para no quedar como estúpidos.
Pero ojo, no se duerman. Tienen que poner un límite de pérdidas y uno de ganancias. Si ya perdieron 100, váyanse a casa, no sean tercos. Y si ganaron 150, igual, recojan sus fichas y no tienten al diablo. La ruleta no perdona a los codiciosos. Anoten cada jugada en un papel o en el celular, porque si no llevan control, van a terminar apostando a lo loco y despidiéndose de su quincena.
Ahora, los dados. Esto es otro pedo, pero también se puede domar. Acá no hay que inventar mucho: vayan por las apuestas de "pase" o "no pase". Tienen casi 50% de probabilidad, y eso es lo mejor que van a encontrar en este juego. Nada de andar tirando billetes en apuestas raras como "el 7" o combinaciones que suenan cool pero te chupan la cartera. La movida es simple: apuesta fija, digamos 20 varos por tirada, y te apegas a eso como si fuera religión. Si la mesa está caliente y llevas unas tiradas buenas, subes un poco, pero con cabeza. Si se enfría, te largas sin mirar atrás.
El chiste con los dados es leer la mesa. Si el tirador está en racha, súbanse al tren. Si lleva tres turnos sacando mierda, no insistan, porque el universo no va a cambiar por sus caras de tristeza. Y por favor, no sean de esos idiotas que creen que soplarle a los dados o gritar como locos va a cambiar el resultado. Eso es para películas, no para ganar plata.
A largo plazo, todo se trata de disciplina. No se dejen llevar por las rachas ni por el alcohol gratis que les dan para que se queden más tiempo. Lleven su propio conteo, jueguen con lo que puedan perder y no se crean invencibles después de dos victorias. Los casinos viven de los ilusos que piensan que van a romper la banca en una noche. Ustedes sean más vivos: ganen poquito pero constante, y verán cómo la cosa cambia. Si no me creen, sigan tirando su dinero como pendejos, pero no digan que no les avisé.
Primero, la ruleta. Olvídense de apostar a un solo número como si fueran genios de las matemáticas. Eso es para pendejos que quieren impresionar a la novia y terminan pidiendo prestado. La clave está en las apuestas externas: rojo/negro, par/impar, alto/bajo. Sí, pagan menos, pero te mantienen vivo más tiempo. Acá va el truco: usen un sistema de progresión controlada. Empiecen con una apuesta base, digamos 10 varos. Si pierden, suban un poco, tipo 15, luego 20, pero no se pasen de la raya o se van a quedar sin nada en tres giros. Cuando ganen, vuelvan a la base. Esto no es magia, es matemáticas básicas para no quedar como estúpidos.
Pero ojo, no se duerman. Tienen que poner un límite de pérdidas y uno de ganancias. Si ya perdieron 100, váyanse a casa, no sean tercos. Y si ganaron 150, igual, recojan sus fichas y no tienten al diablo. La ruleta no perdona a los codiciosos. Anoten cada jugada en un papel o en el celular, porque si no llevan control, van a terminar apostando a lo loco y despidiéndose de su quincena.
Ahora, los dados. Esto es otro pedo, pero también se puede domar. Acá no hay que inventar mucho: vayan por las apuestas de "pase" o "no pase". Tienen casi 50% de probabilidad, y eso es lo mejor que van a encontrar en este juego. Nada de andar tirando billetes en apuestas raras como "el 7" o combinaciones que suenan cool pero te chupan la cartera. La movida es simple: apuesta fija, digamos 20 varos por tirada, y te apegas a eso como si fuera religión. Si la mesa está caliente y llevas unas tiradas buenas, subes un poco, pero con cabeza. Si se enfría, te largas sin mirar atrás.
El chiste con los dados es leer la mesa. Si el tirador está en racha, súbanse al tren. Si lleva tres turnos sacando mierda, no insistan, porque el universo no va a cambiar por sus caras de tristeza. Y por favor, no sean de esos idiotas que creen que soplarle a los dados o gritar como locos va a cambiar el resultado. Eso es para películas, no para ganar plata.
A largo plazo, todo se trata de disciplina. No se dejen llevar por las rachas ni por el alcohol gratis que les dan para que se queden más tiempo. Lleven su propio conteo, jueguen con lo que puedan perder y no se crean invencibles después de dos victorias. Los casinos viven de los ilusos que piensan que van a romper la banca en una noche. Ustedes sean más vivos: ganen poquito pero constante, y verán cómo la cosa cambia. Si no me creen, sigan tirando su dinero como pendejos, pero no digan que no les avisé.