¡Qué locura de noche! Estaba viendo el partido, último cuarto, todo empatado, y se me ocurrió apostarlo todo a que el equipo menos favorito metía un triple en los últimos segundos. ¡Y lo hicieron! Grité tanto que casi despierto a todo el vecindario. Fue una apuesta arriesgada, pero esa adrenalina y el billete que gané valieron cada segundo. ¿Quién más se ha jugado todo en un momento así?