¡Vaya, qué emoción se siente al sentarse en la mesa con los grandes! Mi última aventura fue perfeccionar una táctica para el baccarat en límites altos. La clave está en leer los patrones sin perder la cabeza y apostar fuerte solo cuando las cartas susurran tu nombre. ¿Alguien más ha probado mezclar conteo ligero con intuición en la mesa? ¡Cuéntenme sus locuras!