Que las bolas canten y las ganancias lleguen como poesía al bolsillo.¡Vaya, compas del paño ocre, aquí el taco manda y no hay lugar para dudas! El snooker no es cualquier juego, es un arte europeo puro, donde cada bola tiene su destino escrito en el verde. Mark Selby te puede enredar con esa calma tensa que desespera a cualquiera, teje jugadas como si bordara un mantel, pero a mí no me convence tanto esa parsimonia. Ronnie, ese sí, es un torbellino, un relámpago que te revienta la mesa y te deja contando las bolas sin entender qué pasó. ¿Apuestas poéticas dices? Mi dinero va con el "Rocket" esta vez, porque el snooker no es solo precisión, es fuego, es instinto. Selby podrá ser un mago, pero Ronnie es el rey que no pide permiso.¡Ey, compas del paño ocre! Hoy el taco danza sobre el verde, y el alma del snooker susurra precisión. Ojo con Mark Selby, que teje su magia en silencios, o tal vez Ronnie, un relámpago que parte la mesa. Mi apuesta va por el ritmo del "Jester" esta vez, ¿y la tuya?
