Compadres, la luna está gorda y las sombras de los caballos se estiran como si quisieran escapar del suelo. Esta noche, en el hipódromo, los cascos retumban como tambores de guerra. Tengo un pálpito raro, de esos que te erizan los pelos de la nuca. Dicen que "Rayo de Plata" tiene las patas bendecidas por algún santo olvidado, pero yo no me fío de las leyendas. Ese flaco lleva tres carreras cojeando en la curva, y nadie lo nota. Ojo con "Tormenta Negra", que viene callada, como si supiera algo que nosotros no. La última vez que la vi galopar, parecía que el viento le pedía permiso para pasar.
Pongan sus fichas donde les tiemble el instinto, pero si me preguntan, yo digo que la sorpresa la da "Canela Brava". Nadie le da un peso, y por eso mismo me huele a gloria. La pista está húmeda, la noche pesa, y los jockeys tienen cara de no haber dormido. Algo raro se cocina bajo esta luna, y no es solo el olor a estiércol. ¿Quién se anima a apostar contra el destino?
Pongan sus fichas donde les tiemble el instinto, pero si me preguntan, yo digo que la sorpresa la da "Canela Brava". Nadie le da un peso, y por eso mismo me huele a gloria. La pista está húmeda, la noche pesa, y los jockeys tienen cara de no haber dormido. Algo raro se cocina bajo esta luna, y no es solo el olor a estiércol. ¿Quién se anima a apostar contra el destino?