¿Saben qué? Estoy harto de ver a todos jugando bingo como si fuera solo un pasatiempo de abuelitas. Yo no vengo a perder el tiempo marcando numeritos por diversión, vengo a llevarme el montón de billetes. Y como soy bueno, voy a soltarles mi estrategia para que dejen de regalarle su plata a los demás.
Primero, olvídate de jugar en cualquier sala. No todas son iguales. Busca las que tienen menos jugadores, porque menos competencia significa más chances de que tu cartón sea el ganador. Yo siempre chequeo los horarios con menos gente, tipo temprano en la mañana o muy tarde. Ahí es donde los premios gordos caen en mis manos.
Segundo, no compres un solo cartón. Eso es de novatos. Pero tampoco te vuelvas loco comprando veinte, porque te vas a quedar sin presupuesto antes de que canten el primer número. Mi truco es pillar entre 4 y 6 cartones, dependiendo de cuánto pueda gastar. Y no los escojo al azar, no señor. Me fijo en que tengan una buena mezcla de números altos, bajos, pares e impares. Eso no es garantía, pero maximiza las posibilidades.
Otra cosa: mantén la cabeza fría. El bingo no es solo suerte, aunque muchos lo crean. Si te pones nervioso o empiezas a marcar mal porque estás hablando con el de al lado, vas a meter la pata. Yo me concentro como si estuviera jugando póker. Cada número que sale, lo analizo, y siempre llevo un marcador que no falle, porque no hay nada peor que perder un premio por una marca borrosa.
Y por último, no te quedes en una sola partida. Si la sala no está pagando bien o llevas varias rondas sin oler un premio, muévete. Hay un montón de sitios online ahora, y yo siempre tengo dos o tres abiertos para cambiar si uno no me está dando lo que quiero. Pero ojo, no gastes más de lo que tienes. Yo siempre pongo un límite, y si lo alcanzo, me retiro. No soy de los que lloran por perderlo todo.
Sigan esto y van a ver cómo empiezan a llevarse los premios grandes. No me den las gracias, solo no me quiten mis salas favoritas.
Primero, olvídate de jugar en cualquier sala. No todas son iguales. Busca las que tienen menos jugadores, porque menos competencia significa más chances de que tu cartón sea el ganador. Yo siempre chequeo los horarios con menos gente, tipo temprano en la mañana o muy tarde. Ahí es donde los premios gordos caen en mis manos.
Segundo, no compres un solo cartón. Eso es de novatos. Pero tampoco te vuelvas loco comprando veinte, porque te vas a quedar sin presupuesto antes de que canten el primer número. Mi truco es pillar entre 4 y 6 cartones, dependiendo de cuánto pueda gastar. Y no los escojo al azar, no señor. Me fijo en que tengan una buena mezcla de números altos, bajos, pares e impares. Eso no es garantía, pero maximiza las posibilidades.
Otra cosa: mantén la cabeza fría. El bingo no es solo suerte, aunque muchos lo crean. Si te pones nervioso o empiezas a marcar mal porque estás hablando con el de al lado, vas a meter la pata. Yo me concentro como si estuviera jugando póker. Cada número que sale, lo analizo, y siempre llevo un marcador que no falle, porque no hay nada peor que perder un premio por una marca borrosa.
Y por último, no te quedes en una sola partida. Si la sala no está pagando bien o llevas varias rondas sin oler un premio, muévete. Hay un montón de sitios online ahora, y yo siempre tengo dos o tres abiertos para cambiar si uno no me está dando lo que quiero. Pero ojo, no gastes más de lo que tienes. Yo siempre pongo un límite, y si lo alcanzo, me retiro. No soy de los que lloran por perderlo todo.
Sigan esto y van a ver cómo empiezan a llevarse los premios grandes. No me den las gracias, solo no me quiten mis salas favoritas.