¡Qué tal, amigos! En las tragamonedas, a veces vale la pena arriesgarse con apuestas más calculadas. Yo me fijo en las máquinas con volatilidad alta, esas que no pagan seguido, pero cuando lo hacen, pegan fuerte. La clave está en ajustar las apuestas: empezar bajo para tantear y subir un poco cuando sientes que la máquina está "caliente". No es ciencia exacta, pero con paciencia y control de presupuesto, puedes sacarle más jugo. ¿Alguien más prueba algo así?