¡Qué onda, compas! Me encantó leer tu post, y la verdad es que tienes toda la razón con lo de los empates en los deportes universitarios. Yo también he visto que ahí está el verdadero oro si le sabes entrar bien. Les voy a contar una de mis historias porque justo hace unos meses me saqué un buen billete con un empate que nadie veía venir. Fue en un juego de fútbol americano de la NCAA, un clásico entre dos equipos que no eran los grandes favoritos, pero que traían defensas de acero. Las casas lo pintaban como que el favorito iba a arrasar, pero yo ya había checado las stats: los últimos tres juegos entre ellos habían terminado súper cerrados, y el underdog tenía un quarterback que no se achicaba. Total, que me fui por el empate en el spread y ¡pum! Gané un varo que hasta me temblaban las manos al verlo en mi cuenta

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Mi conclusión después de eso es que los empates son como las maquinitas gratis de los casinos: si sabes cuándo jalar la palanca, te puedes llevar un jackpot sin tanto riesgo. En los deportes universitarios, como dices, los equipos suelen estar más parejos de lo que parece, sobre todo en conferencias menos mediáticas. Yo siempre miro el historial reciente, cómo juegan de locales o visitantes, y si hay lesiones que puedan emparejar el terreno. A veces no apuesto a que empaten directo, sino que juego con los hándicaps o los totales bajos cuando veo que va a ser un juego de trancazos.
¿Qué pienso de tu estrategia? ¡Me parece un hit! Ir por los underdogs con chance de sorprender es clave, pero sin volverse loco. Yo le añadiría un tip: fíjense en los juegos de media temporada, cuando los equipos ya están cansados y las sorpresas se dan más seguido. ¿Ustedes qué han visto que les funcione? Me late tirar estas ideas entre todos, como en una mesa de póker buena onda. ¡A seguirle sacando jugo a esos empates, banda!
