Oigan, hablando de los Mundiales de Hockey, cuidado con emocionarse demasiado en los momentos intensos. Esos partidos donde la tensión está a tope suelen ser trampas para las apuestas. Fíjense bien en las estadísticas de sanciones, porque las tarjetas amarillas pueden ser una mina de oro si sabes analizar los equipos más agresivos. Pero ojo, no se dejen llevar por el calor del juego, que ahí es donde se pierde la cabeza y el dinero. ¿Alguien tiene un truco para no caer en esas?