Hola compas, ¿qué tal? Hoy vengo con algo que me tiene dando vueltas la cabeza y que creo que todos los que apostamos en maratones deberíamos tener en cuenta. No sé si se han dado cuenta, pero las cosas no están tan claras como parecen cuando se trata de estos eventos. Uno piensa que con mirar los tiempos, las estadísticas y el historial de los corredores ya tiene el panorama completo, pero no, aquí hay más que números bonitos en una pantalla.
La semana pasada, por ejemplo, me puse a analizar el Maratón de Ciudad de México, que siempre mueve buen dinero en las casas de apuestas. Todo apuntaba a que el favorito, ese corredor keniano que lleva tres años rompiéndola, iba a arrasar otra vez. Sus tiempos en entrenamientos eran una locura, el clima le favorecía y hasta las cuotas estaban de su lado. Pero, ¿qué pasó? Se desplomó en el kilómetro 35, algo rarísimo para alguien de su nivel. Y no fue el único caso. En Boston el mes pasado, otro favorito se quedó atrás sin explicación lógica. ¿Casualidad? No lo creo.
Lo que me preocupa es que estamos apostando a ciegas en un deporte que parece predecible, pero tiene trampas que no vemos. Las lesiones repentinas, el desgaste que no se reporta, hasta el maldito clima que cambia de un segundo a otro… todo eso puede tumbar cualquier análisis. Y las casas de apuestas lo saben, por eso las cuotas a veces no reflejan lo que realmente está pasando. Me huele a que aquí hay algo más, como si los corredores o los organizadores tuvieran información que nosotros no.
No digo que no apostemos, porque la adrenalina de acertar un podio es brutal, pero cuidado, compas. No se fíen solo de los números ni de los nombres grandes. Hay que meterle ojo a cosas que no salen en las estadísticas: rumores en redes, reportes de última hora, incluso cómo se ven los corredores en el calentamiento. Yo ya perdí una lana por irme con la lógica pura y no pienso repetir el error. Si van a meterle dinero a un maratón, ábranle los ojos bien, porque los números no mienten, pero tampoco lo dicen todo. ¿Qué opinan ustedes? ¿Han visto algo raro en sus apuestas lately?
La semana pasada, por ejemplo, me puse a analizar el Maratón de Ciudad de México, que siempre mueve buen dinero en las casas de apuestas. Todo apuntaba a que el favorito, ese corredor keniano que lleva tres años rompiéndola, iba a arrasar otra vez. Sus tiempos en entrenamientos eran una locura, el clima le favorecía y hasta las cuotas estaban de su lado. Pero, ¿qué pasó? Se desplomó en el kilómetro 35, algo rarísimo para alguien de su nivel. Y no fue el único caso. En Boston el mes pasado, otro favorito se quedó atrás sin explicación lógica. ¿Casualidad? No lo creo.
Lo que me preocupa es que estamos apostando a ciegas en un deporte que parece predecible, pero tiene trampas que no vemos. Las lesiones repentinas, el desgaste que no se reporta, hasta el maldito clima que cambia de un segundo a otro… todo eso puede tumbar cualquier análisis. Y las casas de apuestas lo saben, por eso las cuotas a veces no reflejan lo que realmente está pasando. Me huele a que aquí hay algo más, como si los corredores o los organizadores tuvieran información que nosotros no.
No digo que no apostemos, porque la adrenalina de acertar un podio es brutal, pero cuidado, compas. No se fíen solo de los números ni de los nombres grandes. Hay que meterle ojo a cosas que no salen en las estadísticas: rumores en redes, reportes de última hora, incluso cómo se ven los corredores en el calentamiento. Yo ya perdí una lana por irme con la lógica pura y no pienso repetir el error. Si van a meterle dinero a un maratón, ábranle los ojos bien, porque los números no mienten, pero tampoco lo dicen todo. ¿Qué opinan ustedes? ¿Han visto algo raro en sus apuestas lately?