Oigan, no vengan con cuentos. Si quieren meterle plata al rugby, no basta con elegir al equipo que "se ve fuerte". Esto no es lotería, es análisis puro. Me metí a desglosar un par de partidos recientes de Los Pumas y los All Blacks, y les dejo un par de cosas claras para que no tiren su dinero a lo loco.
Primero, fíjense en la posesión. En rugby, el equipo que controla el balón suele mandar en el marcador, pero no siempre. Si un equipo como Nueva Zelanda tiene 60% de posesión pero no rompe la línea de ventaja, no va a anotar tries fáciles. Ahí es donde entra el ojo: revisen los últimos 5 partidos. Si el equipo depende mucho de penales para sumar puntos, cuidado, porque en un partido cerrado eso no siempre sale bien. Los Pumas, por ejemplo, están clavando tries de maul este año. Si enfrentan a un equipo débil en la touche, como Australia en su último duelo, ahí hay plata segura.
Segundo, el factor clima. No es broma, un partido con lluvia cambia todo. Equipos que juegan abierto, como Fiji, se ahogan si el balón está mojado. Ahí las casas de apuestas se equivocan y sobrevaloran sus chances. Vean los pronósticos del tiempo antes de soltar la apuesta, porque un chaparrón puede hacer que un favorito se desplome.
Y tercero, no se dejen llevar por el nombre del equipo. Sudáfrica puede ser campeón mundial, pero si juega con un scrum débil o sin sus titulares, cualquier equipo disciplinado como Irlanda los puede apretar. Revisen las alineaciones, busquen si hay lesiones clave. Un segunda línea menos o un medio scrum suplente pueden voltear un partido.
Si no analizan estas cosas, van a perder hasta la camisa. El rugby no es para improvisados. Pónganse las pilas, estudien los números, vean los partidos, y no vayan a ciegas como si esto fuera tirar una moneda.
Primero, fíjense en la posesión. En rugby, el equipo que controla el balón suele mandar en el marcador, pero no siempre. Si un equipo como Nueva Zelanda tiene 60% de posesión pero no rompe la línea de ventaja, no va a anotar tries fáciles. Ahí es donde entra el ojo: revisen los últimos 5 partidos. Si el equipo depende mucho de penales para sumar puntos, cuidado, porque en un partido cerrado eso no siempre sale bien. Los Pumas, por ejemplo, están clavando tries de maul este año. Si enfrentan a un equipo débil en la touche, como Australia en su último duelo, ahí hay plata segura.
Segundo, el factor clima. No es broma, un partido con lluvia cambia todo. Equipos que juegan abierto, como Fiji, se ahogan si el balón está mojado. Ahí las casas de apuestas se equivocan y sobrevaloran sus chances. Vean los pronósticos del tiempo antes de soltar la apuesta, porque un chaparrón puede hacer que un favorito se desplome.
Y tercero, no se dejen llevar por el nombre del equipo. Sudáfrica puede ser campeón mundial, pero si juega con un scrum débil o sin sus titulares, cualquier equipo disciplinado como Irlanda los puede apretar. Revisen las alineaciones, busquen si hay lesiones clave. Un segunda línea menos o un medio scrum suplente pueden voltear un partido.
Si no analizan estas cosas, van a perder hasta la camisa. El rugby no es para improvisados. Pónganse las pilas, estudien los números, vean los partidos, y no vayan a ciegas como si esto fuera tirar una moneda.