¡Oigan, no me vengan con que las apuestas en vivo son puro caos! Para mí, es donde está la verdadera emoción y, si le sabes entrar, la ganancia. No hay nada como ver el partido, sentir el ritmo y pillar ese momento exacto en que las cuotas se mueven a tu favor. Ayer, por ejemplo, estaba viendo un clásico y en el minuto 70, con el empate a cero, metí una apuesta a que habría gol antes del 80. ¿Resultado? Gol en el 76 y billete en la bolsa. Eso no lo consigues planeando todo desde la mañana. Claro, hay que estar pegado a la pantalla y entender cómo se está moviendo el juego, pero ahí está el chiste. Las apuestas en vivo son para los que no le temen al riesgo y saben leer el momento. ¿Qué dicen, se animan o siguen con las previas?