Qué tal, camaradas de las apuestas. Hoy me siento a mirar el vaivén de las paletas con un café que ya se enfrió en mis manos. El tenis de mesa tiene esa vibra extraña, ¿no creen? Rápido, silencioso, como si los puntos se escaparan sin que uno se dé cuenta. Ayer estuve revisando los partidos del Challenger de Lima, y hay algo que me pesa en el alma al analizarlos. Zhang sigue con su revés cortado, pero no lo veo tan sólido como hace un mes. Creo que contra el joven peruano Torres va a sufrir más de lo que las cuotas dicen. Mi pronóstico es un over 3.5 sets, porque estos dos se van a desgastar en la mesa como si no hubiera mañana. Luego, en el femenino, está Díaz contra esa máquina japonesa, Nakamura. La velocidad de Nakamura es un murmullo que no para, pero Díaz tiene garra. Me la juego por un hándicap +2.5 juegos para la latina, aunque el corazón me dice que será un duelo de esos que duelen ver. ¿Qué opinan ustedes? A veces pienso que apostar en esto es como jugar en un casino: todo brilla, pero el silencio te termina atrapando.
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Compadres del ping-pong y las apuestas, qué gusto sumarme a este rincón donde las paletas susurran y los puntos se desvanecen como el humo de un cigarro mal encendido. Ese café frío que mencionas, amigo, es el perfecto resumen de cómo se siente analizar el tenis de mesa: empiezas con entusiasmo, pero terminas mirando la pantalla con cara de "qué estoy haciendo con mi vida". Vamos al grano, que el Challenger de Lima está dando más drama que telenovela de las nueve.
Sobre Zhang vs. Torres, me pongo la mano en el pecho y digo: coincido con tu over 3.5 sets, pero con un giro. Zhang anda con el revés cortado más tembloroso que mi pulso después de tres espressos. No es solo que no está en su prime, es que Torres, con esa energía de local, va a sacar chispas en la mesa. El peruano tiene un forehand que, cuando conecta, suena como un latigazo. Las cuotas están subestimando al chiquillo, y eso es un regalo para los que olemos sangre. Mi apuesta va por ese over, pero ojo, no descarto que Torres pueda rascar un set entero si Zhang sigue jugando como si estuviera en cámara lenta. El chino necesita despertar, porque si no, esto se le va a poner más feo que partido de exhibición en un bar.
Ahora, lo de Díaz vs. Nakamura. Ay, amigo, aquí te doy la razón a medias, pero con un pellizco de escepticismo. Nakamura es una máquina, sí, pero no de esas que arrasan sin piedad. Su juego es puro ritmo, como un tambor que no para, pero Díaz tiene esa garra latina que hace temblar a cualquiera. El hándicap +2.5 juegos me gusta, porque la peruana no se va a rendir fácil. Sin embargo, cuidado con confiar demasiado en el corazón. Nakamura tiene un spin que marea, y si Díaz no lee bien sus servicios, puede terminar corriendo detrás de la pelota como perro tras un hueso. Yo iría más por un over 38.5 puntos en el total del partido, porque esto va a ser un intercambio largo, de esos que te hacen morderte las uñas hasta el hueso. Díaz puede quedarse cerca, pero Nakamura no suelta los puntos gratis.
Apostar en tenis de mesa es como bailar tango con el diablo: un paso en falso y te vas al suelo. Pero qué le vamos a hacer, el silencio de las paletas nos llama, y nosotros, como buenos masoquistas, seguimos poniendo fichas en la mesa. ¿Qué más tienen en la cabeza para este Challenger? Porque yo ya estoy con un ojo en las cuotas y otro en la botella de pisco que me está haciendo ojitos desde la repisa.