Qué tal, compas, aquí estoy otra vez despotricando porque no hay manera de que me salga bien esto de los torneos de video póker. Siempre, pero siempre, me pasa lo mismo: llego con toda la ilusión, empiezo fuerte, voy subiendo en la tabla y cuando ya estoy oliendo los premios gordos, ¡pum! Me sacan en la última ronda como si fuera un principiante. Es una maldita maldición, en serio. Ayer estaba jugando en uno que tenía un pozo decente, con la Liga MX de fondo porque obvio no me pierdo los partidos, y todo iba de lujo. Gané unas manos brutales, hice un full house que me tenía gritando como loco, y hasta pensé que por fin iba a romper la racha. Pero no, en la ronda final me toca una máquina que parecía programada para hacerme perder. Las cartas no salían ni por milagro, y cuando por fin me arriesgué con un all-in, el tipo de al lado saca escalera real como si nada. ¿En serio? ¿Qué hago mal? Ya no sé si es cuestión de estrategia, de suerte o de que el universo me odia. Llevo meses dándole duro a esto, practicando en casa, viendo streams de los buenos, pero nada cambia. Y encima me gasto la plata que podría estar apostando en el próximo clásico entre América y Chivas. Estoy harto, neta, pero no puedo parar porque cada vez que pienso en dejarlo, me imagino ganando uno de esos torneos y restregándoselo a todos los que me han visto caer. Alguien que me diga cómo le hace para no perder la cabeza con estas máquinas del demonio, porque yo ya estoy a punto de tirar la toalla, pero al mismo tiempo sé que mañana voy a estar otra vez sentado frente a la pantalla, dándole como idiota. Esto es un vicio peor que apostarle al Cruz Azul en liguilla.