¡Oigan, esto del videopóker a veces parece un partido de fútbol donde no sabes si el árbitro está comprado! 
Ayer estaba en mi máquina favorita, una de esas Jacks or Better que siempre me da unas vibras raras, como si supiera lo que pienso. Empiezo tranqui, apostando bajito, y de repente… ¡BAM! Me sale una escalera de color… pero incompleta. 
Tenía 5, 6, 7, 8… y un maldito 2 de otro palo. ¿Qué haces con eso? Mi cabeza empezó a dar vueltas como si estuviera analizando la alineación de un equipo antes de la final de la Libertadores.
Me quedé mirando las cartas como si fueran jugadores en la cancha. “Vamos, 8, tú puedes ser el capitán, pero el 2… ¿qué haces aquí, amigo? ¿Te colaste en la jugada?”
Decido quedarme con las cuatro y descartar el 2, rezando por un 9 o un 4. Y ahí va la máquina, pensando más que yo, haciendo ese ruidito como si estuviera riéndose de mí. ¡PUM! Sale un As. Un maldito As que no sirve para nada. 
Me sentí como si mi equipo hubiera fallado un penal en el último minuto.
Pero aquí viene lo más loco. Sigo jugando, ya medio molesto, y unas manos después me sale una combinación que… no sé ni cómo describirla. Tres reyes, un 10 y un 7. Todo de palos diferentes. ¿Qué demonios es esto?
Parece una de esas formaciones raras en fútbol, tipo un 3-1-1 que nadie entiende. Me quedo con los reyes, obvio, pensando en un full house o al menos un póker. Descarto el 10 y el 7. La máquina se ríe otra vez (juro que la escuché) y me da… ¡dos doses! DOS DOSES. 
¿En serio, máquina? ¿Me estás trolleando?
Ahí me puse a pensar. ¿Y si el videopóker es como apostar a un equipo que no conoces? A veces todo parece alineado, como si tuvieras la jugada perfecta, pero de repente te meten un golazo de media cancha y te quedas con cara de “¿qué pasó aquí?”. Igual seguí jugando, porque, bueno, uno no abandona el partido aunque vaya perdiendo 3-0. Terminé la noche con unas ganancias chiquitas, pero esas manos raras me dejaron dudando de todo. ¿Alguien más ha tenido una sesión así en el videopóker? ¿O soy yo que atraigo las jugadas más bizarras? 
¡Cuéntenme sus historias, que seguro hay unas peores!
Ayer estaba en mi máquina favorita, una de esas Jacks or Better que siempre me da unas vibras raras, como si supiera lo que pienso. Empiezo tranqui, apostando bajito, y de repente… ¡BAM! Me sale una escalera de color… pero incompleta. Tenía 5, 6, 7, 8… y un maldito 2 de otro palo. ¿Qué haces con eso? Mi cabeza empezó a dar vueltas como si estuviera analizando la alineación de un equipo antes de la final de la Libertadores.Me quedé mirando las cartas como si fueran jugadores en la cancha. “Vamos, 8, tú puedes ser el capitán, pero el 2… ¿qué haces aquí, amigo? ¿Te colaste en la jugada?”
Decido quedarme con las cuatro y descartar el 2, rezando por un 9 o un 4. Y ahí va la máquina, pensando más que yo, haciendo ese ruidito como si estuviera riéndose de mí. ¡PUM! Sale un As. Un maldito As que no sirve para nada. Me sentí como si mi equipo hubiera fallado un penal en el último minuto.Pero aquí viene lo más loco. Sigo jugando, ya medio molesto, y unas manos después me sale una combinación que… no sé ni cómo describirla. Tres reyes, un 10 y un 7. Todo de palos diferentes. ¿Qué demonios es esto?
Parece una de esas formaciones raras en fútbol, tipo un 3-1-1 que nadie entiende. Me quedo con los reyes, obvio, pensando en un full house o al menos un póker. Descarto el 10 y el 7. La máquina se ríe otra vez (juro que la escuché) y me da… ¡dos doses! DOS DOSES. ¿En serio, máquina? ¿Me estás trolleando?Ahí me puse a pensar. ¿Y si el videopóker es como apostar a un equipo que no conoces? A veces todo parece alineado, como si tuvieras la jugada perfecta, pero de repente te meten un golazo de media cancha y te quedas con cara de “¿qué pasó aquí?”.
Igual seguí jugando, porque, bueno, uno no abandona el partido aunque vaya perdiendo 3-0. Terminé la noche con unas ganancias chiquitas, pero esas manos raras me dejaron dudando de todo. ¿Alguien más ha tenido una sesión así en el videopóker? ¿O soy yo que atraigo las jugadas más bizarras? ¡Cuéntenme sus historias, que seguro hay unas peores!