Mi experiencia con el sistema D'Alembert: ¿vale la pena aplicarlo en apuestas?

Jvrgen

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17 Mar 2025
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Hola a todos, qué tal. Decidí compartir mi experiencia con el sistema D’Alembert, porque llevo un tiempo aplicándolo y creo que puede ser útil contar cómo me ha ido. Para los que no lo conocen, es un método sencillo: subes tu apuesta una unidad después de perder y la bajas una unidad después de ganar. La idea es que, con paciencia, puedes equilibrar las pérdidas y ganancias. Suena bien en teoría, ¿no?
Empecé usándolo en la ruleta, apostando a rojo o negro, porque me parecía un juego simple para probarlo. Al principio, me fue decente. Gané unas cuantas rondas y sentí que controlaba el ritmo. Pero luego vino una racha mala, perdí cinco veces seguidas y ahí el sistema me hizo subir las apuestas más de lo que esperaba. Recuperar esas pérdidas tomó tiempo, y no voy a mentir, en ese momento dudé si valía la pena seguir.
Lo que he notado es que funciona mejor si tienes un buen capital inicial y mucha disciplina. Si te dejas llevar por las emociones o no tienes un límite claro, puedes meterte en problemas rápido. Ahora lo estoy probando en apuestas deportivas, en partidos con cuotas bajas, y parece que se adapta un poco mejor, aunque igual hay que estar atento a las rachas. Por ejemplo, la semana pasada aposté a un par de juegos de fútbol con cuotas de 1.50 y, ajustando las unidades, terminé con una ganancia pequeña pero constante.
¿Vale la pena? Depende. No es magia ni te hace millonario de la noche a la mañana, pero si te gusta analizar y llevar un control, puede ser interesante. Me gustaría saber si alguien más lo ha usado y cómo le ha ido, sobre todo en deportes. ¿Qué opinan?
 
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Reacciones: Vasilij ze wschodu
Hola a todos, qué tal. Decidí compartir mi experiencia con el sistema D’Alembert, porque llevo un tiempo aplicándolo y creo que puede ser útil contar cómo me ha ido. Para los que no lo conocen, es un método sencillo: subes tu apuesta una unidad después de perder y la bajas una unidad después de ganar. La idea es que, con paciencia, puedes equilibrar las pérdidas y ganancias. Suena bien en teoría, ¿no?
Empecé usándolo en la ruleta, apostando a rojo o negro, porque me parecía un juego simple para probarlo. Al principio, me fue decente. Gané unas cuantas rondas y sentí que controlaba el ritmo. Pero luego vino una racha mala, perdí cinco veces seguidas y ahí el sistema me hizo subir las apuestas más de lo que esperaba. Recuperar esas pérdidas tomó tiempo, y no voy a mentir, en ese momento dudé si valía la pena seguir.
Lo que he notado es que funciona mejor si tienes un buen capital inicial y mucha disciplina. Si te dejas llevar por las emociones o no tienes un límite claro, puedes meterte en problemas rápido. Ahora lo estoy probando en apuestas deportivas, en partidos con cuotas bajas, y parece que se adapta un poco mejor, aunque igual hay que estar atento a las rachas. Por ejemplo, la semana pasada aposté a un par de juegos de fútbol con cuotas de 1.50 y, ajustando las unidades, terminé con una ganancia pequeña pero constante.
¿Vale la pena? Depende. No es magia ni te hace millonario de la noche a la mañana, pero si te gusta analizar y llevar un control, puede ser interesante. Me gustaría saber si alguien más lo ha usado y cómo le ha ido, sobre todo en deportes. ¿Qué opinan?
Qué onda, compa, veo que te lanzaste con el D’Alembert y saliste a contarlo como si fuera una novela. Mira, te doy mi opinión desde el lado del básquet, que es donde me muevo yo, porque eso de la ruleta me suena a darle vueltas a la suerte sin mucho cerebro atrás. El sistema ese de subir y bajar unidades está bueno para los que tienen paciencia de santo y una billetera que no se achica fácil, pero en deportes como el básquet, con tantas variables, yo diría que es como tratar de meter un triple desde la mitad de la cancha con viento en contra.

Yo, que vivo pegado a los campeonatos de la NBA y alguna que otra liga loca de Europa, te cuento cómo lo veo. Imagínate que lo aplico en una noche cualquiera: apuesto a los Lakers porque LeBron está encendido, cuota baja, digamos 1.60, y arranco con una unidad tranqui. Ganan, bajo la apuesta, todo bien. Pero luego viene un partido de los Knicks, que son un desastre esta temporada, pierdo, subo la unidad, y de repente me clavo una racha de tres derrotas porque el básquet no respeta sistemas ni teorías de salón. Ahí ya estás sudando, porque las unidades suben más rápido de lo que Durant encesta en transición.

Lo que dices de las cuotas bajas me hace algo de sentido, porque en básquet hay noches donde los favoritos arrasan, como cuando los Bucks juegan contra un equipo de media tabla y Giannis está de humor. Ahí podrías ir ajustando, ganancia chiquita pero segura, como si fueras un base repartiendo asistencias sin arriesgar. Pero, ¿sabes qué pasa? Una lesión de última hora, un mal día de los árbitros o un suplente que se cree estrella y lo arruina todo. Eso el D’Alembert no lo calcula, y vos quedás mirando la pantalla como diciendo “¿en serio, bro?”.

Yo lo intentaría, pero con un giro. En vez de ir ciego con las unidades, me fijo en las tendencias: si un equipo viene cubriendo el spread cinco juegos seguidos o si los unders están pegando en partidos de defensas duras. Por ejemplo, la semana pasada vi que los Celtics estaban en racha contra equipos del Este, ajusté mis apuestas a eso y saqué algo decente sin tanto drama. El D’Alembert puede funcionar si lo mezclas con análisis de verdad, no solo con fe y números fríos. Si no, es como jugar a ciegas y esperar que la pelota entre por arte de magia.

¿Disciplina? Claro, fundamental. Pero también te digo, en este mundo de las apuestas, la disciplina a veces se va al carajo cuando ves que tu equipo favorito te está hundiendo el plan. Así que, ¿vale la pena? Para mí, en básquet, mejor agarro las stats, miro los matchups y apuesto con cabeza antes que confiar en un sistema que parece sacado de un libro de matemáticas del siglo pasado. ¿Vos qué pensás seguir haciendo con eso? Contame si lo llevás a la NBA o si te quedás en el fútbol, que igual me pica la curiosidad.
 
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Qué tal, amigo, leí tu rollo con el D’Alembert y me picó la curiosidad, aunque yo soy más de cazar jackpots en los slots que de andar con sistemas en la ruleta o deportes. Eso de subir y bajar unidades suena a algo que podría probar en una noche loca, pero en mi mundo de los progresivos, la cosa va más de intuición y menos de matemáticas. Una vez tuve una racha en un slot con jackpot gordo, tipo Mega Moolah, y subí las apuestas después de cada pérdida como si fuera tu sistema, pero sin tanta regla. Gané algo decente, aunque nada que me jubile. Creo que tu método podría funcionar si lo llevas a algo con menos caos que el fútbol o el básquet, ¿no? Algo más predecible, como un slot con buen RTP. ¿Has pensado en mezclarlo con algo así o te quedás en las apuestas puras? Contame cómo te sigue yendo, que igual me animo a probarlo.
 
Qué pasa, compa, me alegra que te haya picado el bichito con lo del D’Alembert después de leer mi experiencia. Te cuento que yo también he tenido mis noches locas persiguiendo jackpots en los slots, así que te entiendo perfecto cuando hablas de esa vibra de intuición que te lleva a subir apuestas sin tanto cálculo. Lo del Mega Moolah que mencionas suena a una montaña rusa emocional, y me encanta que hayas sacado algo decente de esa locura, aunque no te haya puesto a vivir en una isla privada todavía.

Sobre el D’Alembert, te doy mi perspectiva desde el lado más estratégico. Es cierto que en los slots el caos manda y la intuición puede ser tu brújula, pero este sistema brilla cuando lo aplicas a algo con un poco más de estructura, como la ruleta o incluso ciertas apuestas deportivas donde puedes leer patrones. No digo que el fútbol o el básquet sean predecibles al 100% —porque eso sería soñar despierto—, pero hay mercados como los goles totales o las tarjetas que te dan un terreno más firme para ajustar unidades sin volverte loco. Subir después de perder y bajar después de ganar te da una especie de red de seguridad, algo que en los progresivos no tienes porque ahí es todo o nada.

Lo que me preguntas de mezclarlo con slots de buen RTP me parece una idea interesante, aunque tendría que darle una vuelta. En teoría, podrías usarlo para gestionar tu bankroll en una sesión larga, tipo ir subiendo la apuesta por giro después de una pérdida y bajarla tras un hit decente, pero el RNG de las tragamonedas es un animal salvaje y no sé si el D’Alembert tendría la paciencia para domarlo. Donde sí lo he probado con éxito es en apuestas más tácticas, como en partidos donde los equipos tienen tendencias claras en las estadísticas —piensa en corners o faltas—, ahí el sistema me ha dado un control que en los slots sería como pedirle peras al olmo.

A mí me sigue yendo bien con el D’Alembert en la ruleta y en algunos eventos deportivos, siempre que elijo bien mis spots y no me dejo llevar por el calor del momento. Si te animas a probarlo, te diría que empieces con algo sencillo como rojo/negro en la ruleta o un over/under en un partido tranquilo, para que le agarres el ritmo. Y si lo llevas a los slots, cuéntame cómo te va, porque igual me inspiras a experimentar en esa dirección. ¿Qué tienes en mente para tu próxima sesión? Yo estoy pensando en un partido de la Liga MX este finde, a ver si las tendencias me dan la razón otra vez.