¡Qué tal, compas! Anoche fue una de esas noches que no se olvidan en el casino, apostando a lo grande en UFC. Me lancé con todo a un par de peleas, confiado como si fuera el mismísimo Dana White. Primero, puse una lana fuerte en un tipo que pensé que iba a noquear en el primer round. ¿Por qué? Porque vi un par de videos suyos y parecía una máquina. Craso error. El dude se cansó en dos minutos y terminó en el suelo, abrazado al otro como si fuera su almohada. Ahí se fue mi primera apuesta.
Luego, quise recuperar el terreno perdido y me fui por un underdog en otra pelea. La lógica era que el favorito venía de una lesión y no estaba al cien. ¿Resultado? El favorito lo aplastó en menos de un minuto. Ahí aprendí que no hay que fiarse de rumores de Twitter ni de mi "instinto". La lección de la noche: no apuestes con el corazón ni con corazonadas. Hay que estudiar las estadísticas, el historial, el peso, todo. Si no, el casino te come vivo. Al final, me quedé con unas papas fritas y una buena historia pa’l foro. ¿A alguien más le ha pasado meter la pata así en UFC?
Luego, quise recuperar el terreno perdido y me fui por un underdog en otra pelea. La lógica era que el favorito venía de una lesión y no estaba al cien. ¿Resultado? El favorito lo aplastó en menos de un minuto. Ahí aprendí que no hay que fiarse de rumores de Twitter ni de mi "instinto". La lección de la noche: no apuestes con el corazón ni con corazonadas. Hay que estudiar las estadísticas, el historial, el peso, todo. Si no, el casino te come vivo. Al final, me quedé con unas papas fritas y una buena historia pa’l foro. ¿A alguien más le ha pasado meter la pata así en UFC?