¿Qué pasa, flojos? Mientras ustedes se rascan viendo el partido, yo estoy aquí oliendo el próximo gol desde los once metros. No es suerte, es olfato: sigo a los equipos con delanteros fríos y arqueros que tiemblan en el área. La última vez pillé un penal en el minuto 89 y multipliqué mi apuesta por cinco. ¿Quién se atreve a cazar esa joya conmigo o van a seguir llorando por las esquinas?