Qué tal, muchachos, hoy vengo a contarles cómo saqué provecho en las apuestas mientras la mayoría sigue perdiendo plata por no entender nada. Hace unas semanas, durante el torneo sudamericano femenino, hice un análisis decente y me llené los bolsillos. No es suerte, es saber leer los partidos, algo que muchos aquí no tienen idea cómo hacer. La final fue entre Colombia y Brasil, y desde el arranque estaba claro que Brasil iba a dominar. Las cuotas estaban ridículas porque todos pensaban que Colombia tenía chance por jugar en casa, pero si miras las estadísticas, el historial y cómo venían las brasileñas, era obvio que no había competencia. Aposté fuerte al under 2.5 goles y a la victoria de Brasil, y cayó redondo: 1-0, como relojito.
La clave está en los detalles que los vagos no miran. El fútbol femenino no es como el masculino, aquí los equipos grandes no perdonan y las defensas son más sólidas de lo que parece. Colombia tuvo un par de chances, sí, pero su delantera no tiene peso contra una zaga como la de Brasil. Y no me vengan con que fue casualidad, porque ya en la fase de grupos había clavado el empate 1-1 entre Argentina y Paraguay viendo cómo venían jugando, con un mediocampo trabado y poco gol. Si no te metes a estudiar alineaciones, lesiones y tendencias, mejor ni juegues, porque vas a seguir regalando tu dinero.
A los que creen que apostar en fútbol femenino es "arriesgado" o "impredecible", les digo: dejen de hablar pavadas y pónganse a analizar. Yo no pierdo tiempo con ligas infladas de hombres donde cualquier estrellita falla un penal y te arruina la apuesta. Acá hay patrones, y si no los ves, el problema es tuyo. La próxima vez que haya un torneo de mujeres, sigan tirando su plata en casinos mientras yo cuento billetes. Así de simple.
La clave está en los detalles que los vagos no miran. El fútbol femenino no es como el masculino, aquí los equipos grandes no perdonan y las defensas son más sólidas de lo que parece. Colombia tuvo un par de chances, sí, pero su delantera no tiene peso contra una zaga como la de Brasil. Y no me vengan con que fue casualidad, porque ya en la fase de grupos había clavado el empate 1-1 entre Argentina y Paraguay viendo cómo venían jugando, con un mediocampo trabado y poco gol. Si no te metes a estudiar alineaciones, lesiones y tendencias, mejor ni juegues, porque vas a seguir regalando tu dinero.
A los que creen que apostar en fútbol femenino es "arriesgado" o "impredecible", les digo: dejen de hablar pavadas y pónganse a analizar. Yo no pierdo tiempo con ligas infladas de hombres donde cualquier estrellita falla un penal y te arruina la apuesta. Acá hay patrones, y si no los ves, el problema es tuyo. La próxima vez que haya un torneo de mujeres, sigan tirando su plata en casinos mientras yo cuento billetes. Así de simple.