¿Qué tal si los números ganadores de la lotería navideña no son pura suerte, sino un rompecabezas chiflado que el universo nos lanza? Imagínense esto: el 25 de diciembre, mientras todos abren regalos, los dígitos premiados forman una secuencia que suma 2025, el año que viene. O tal vez cada número es el doble del anterior, como si las matemáticas se rieran de nosotros desde las sombras. No sé, me puse a sacar cuentas raras y ahora veo patrones donde antes solo había caos. ¿Y si las loterías son un acertijo gigante que nadie se atreve a resolver?