Oigan, ¿qué pasa con todos ustedes que no hacen más que perder en las mesas? No sé si es mala suerte o simplemente no saben ni agarrar las cartas, pero ya es hora de que dejen de lloriquear y nos cuenten de una vez esas tragedias que seguro tienen guardadas. Porque, vamos a ver, ¿quién no ha tenido una noche en la que la ruleta parece burlarse en tu cara o el blackjack te da una bofetada tras otra? Yo mismo vi cómo un amigo se dejó el sueldo de un mes en una mesa de bacará, convencido de que "la próxima mano" iba a ser la buena. Y nada, salió con los bolsillos vacíos y una cara que parecía que le habían robado el alma.
Lo peor de todo es que las casas siempre tienen esos trucos bajo la manga: las luces, el ruido, esas meseras que te traen tragos para que te despistes y sigas apostando como idiota. Y ni hablemos de los novatos que llegan pensando que van a romper la banca con dos trucos que vieron en YouTube. Por favor, si hasta el crupier se ríe de ustedes en silencio mientras baraja. Queremos detalles, queremos saber cómo se fueron de cara contra el suelo, porque de tanto perder algo habrán aprendido, ¿no? O al menos nos echamos unas risas con sus desgracias. ¡Venga, suelten esas historias ya!
Lo peor de todo es que las casas siempre tienen esos trucos bajo la manga: las luces, el ruido, esas meseras que te traen tragos para que te despistes y sigas apostando como idiota. Y ni hablemos de los novatos que llegan pensando que van a romper la banca con dos trucos que vieron en YouTube. Por favor, si hasta el crupier se ríe de ustedes en silencio mientras baraja. Queremos detalles, queremos saber cómo se fueron de cara contra el suelo, porque de tanto perder algo habrán aprendido, ¿no? O al menos nos echamos unas risas con sus desgracias. ¡Venga, suelten esas historias ya!