Qué tal, gente del mundo, desde Buenos Aires hasta los campos de Twickenham, el rugby siempre me ha tenido enganchado, y combinarlo con apuestas es como meter un try en el último minuto. Llevo años siguiendo este deporte, analizando partidos y probando suerte en las plataformas más conocidas. Hoy quiero compartir un poco de lo que he vivido y aprendido en este camino.
Hace un par de temporadas, durante el Rugby Championship, me obsesioné con los enfrentamientos entre los Pumas y los All Blacks. Estudié las formaciones, el clima en Wellington y hasta cómo el scrum podía cambiar el ritmo del juego. Encontré una línea interesante en una de esas webs grandes de apuestas: el hándicap de +12.5 para Argentina. Los números decían una cosa, pero mi instinto, después de ver cómo los Pumas defendían en el segundo tiempo contra Australia, me decía otra. Aposté fuerte y, contra todo pronóstico, ese partido terminó 25-15. No fue solo la ganancia, sino entender cómo el factor sorpresa en el rugby puede voltear las odds.
Pero no todo es color de rosa. El año pasado, en el Six Nations, Inglaterra contra Francia en Twickenham me dejó una lección dura. Pensé que el pack inglés iba a dominar, con su línea de forwards tan sólida, y fui por una apuesta en vivo al under de puntos en la segunda mitad. Craso error. Francia abrió el juego con pases rápidos y un par de tries que no vi venir. Perdí esa apuesta y me di cuenta de que subestimar la adaptación táctica en el momento es un lujo que no te puedes dar.
Lo que más me gusta de este mundillo es que cada partido es una historia nueva. Analizo stats, miro el historial de los equipos, pero al final, el rugby tiene esa chispa impredecible que ninguna plataforma puede calcular del todo. Por ejemplo, en el último Mundial, cuando Sudáfrica ganó por un punto contra Nueva Zelanda, las cuotas estaban parejas, pero quienes vieron el desgaste físico de los kiwis en cuartos sabían que los Springboks tenían ventaja en el cierre. Ahí metí una apuesta pequeña al margen de victoria exacto y valió la pena.
Desde mi sillón en Buenos Aires o imaginándome en las gradas de Twickenham, esto es lo que me mantiene vivo en las apuestas: entender el juego más allá de las líneas y las cuotas. Si alguien más sigue el rugby por acá, ¿qué han visto en los últimos torneos que les haya funcionado? Siempre es bueno cruzar data y experiencias.
Hace un par de temporadas, durante el Rugby Championship, me obsesioné con los enfrentamientos entre los Pumas y los All Blacks. Estudié las formaciones, el clima en Wellington y hasta cómo el scrum podía cambiar el ritmo del juego. Encontré una línea interesante en una de esas webs grandes de apuestas: el hándicap de +12.5 para Argentina. Los números decían una cosa, pero mi instinto, después de ver cómo los Pumas defendían en el segundo tiempo contra Australia, me decía otra. Aposté fuerte y, contra todo pronóstico, ese partido terminó 25-15. No fue solo la ganancia, sino entender cómo el factor sorpresa en el rugby puede voltear las odds.
Pero no todo es color de rosa. El año pasado, en el Six Nations, Inglaterra contra Francia en Twickenham me dejó una lección dura. Pensé que el pack inglés iba a dominar, con su línea de forwards tan sólida, y fui por una apuesta en vivo al under de puntos en la segunda mitad. Craso error. Francia abrió el juego con pases rápidos y un par de tries que no vi venir. Perdí esa apuesta y me di cuenta de que subestimar la adaptación táctica en el momento es un lujo que no te puedes dar.
Lo que más me gusta de este mundillo es que cada partido es una historia nueva. Analizo stats, miro el historial de los equipos, pero al final, el rugby tiene esa chispa impredecible que ninguna plataforma puede calcular del todo. Por ejemplo, en el último Mundial, cuando Sudáfrica ganó por un punto contra Nueva Zelanda, las cuotas estaban parejas, pero quienes vieron el desgaste físico de los kiwis en cuartos sabían que los Springboks tenían ventaja en el cierre. Ahí metí una apuesta pequeña al margen de victoria exacto y valió la pena.
Desde mi sillón en Buenos Aires o imaginándome en las gradas de Twickenham, esto es lo que me mantiene vivo en las apuestas: entender el juego más allá de las líneas y las cuotas. Si alguien más sigue el rugby por acá, ¿qué han visto en los últimos torneos que les haya funcionado? Siempre es bueno cruzar data y experiencias.