Qué tal, compas, hoy me levanté con el cielo gris encima y las piernas pesadas, como si hubiera corrido yo mismo esos 42 kilómetros. Los días así me hacen pensar en los maratones, en esos corredores que se parten el alma mientras nosotros, desde el sillón, jugamos a adivinar quién cruza primero la meta. No sé si a ustedes les pasa, pero hay algo en esas carreras largas que me pone melancólico, como si apostar fuera una forma de acompañarlos en el cansancio.
Ayer estuve mirando las stats de Boston y Londres, revisando tiempos, clima, hasta el desgaste de los favoritos. Siempre hay un par de nombres que suenan fuerte, pero en días grises como este, me fijo más en los que nadie espera. Esos que van callados, acumulando kilómetros, y de repente pegan el sprint final. Ahí está el dinero, en leer entre líneas: un outsider con piernas frescas puede romper cualquier pronóstico. Aunque, claro, la ruleta de las lesiones o un mal día te puede mandar todo al carajo.
Si van a meterle fichas a un maratón, miren el historial, pero no se olviden del viento y la humedad. Esos detalles que no gritan, pero pesan. Hoy no tengo ganas de dados ni de girar la ruleta, solo de ver cómo alguien más corre bajo la lluvia mientras yo apunto mi corazonada. ¿Qué opinan, se animan a meterle algo a la próxima carrera o también están en modo gris?
Ayer estuve mirando las stats de Boston y Londres, revisando tiempos, clima, hasta el desgaste de los favoritos. Siempre hay un par de nombres que suenan fuerte, pero en días grises como este, me fijo más en los que nadie espera. Esos que van callados, acumulando kilómetros, y de repente pegan el sprint final. Ahí está el dinero, en leer entre líneas: un outsider con piernas frescas puede romper cualquier pronóstico. Aunque, claro, la ruleta de las lesiones o un mal día te puede mandar todo al carajo.
Si van a meterle fichas a un maratón, miren el historial, pero no se olviden del viento y la humedad. Esos detalles que no gritan, pero pesan. Hoy no tengo ganas de dados ni de girar la ruleta, solo de ver cómo alguien más corre bajo la lluvia mientras yo apunto mi corazonada. ¿Qué opinan, se animan a meterle algo a la próxima carrera o también están en modo gris?