Oye, apostar en maratones no es solo cuestión de suerte. Hay que analizar el historial de los corredores, las condiciones del clima y el tipo de terreno. Por ejemplo, un favorito puede flaquear si llueve o si la ruta tiene muchas subidas. Mi táctica es dividir la apuesta: un 70% a un corredor sólido y un 30% a uno con odds altos pero buen ritmo en carreras pasadas. Así balanceas riesgo y ganancia. ¿Qué opinan?