¡Epa, compas! Les cuento que la estrategia de doble riesgo me está dando vida en los pronósticos. Anoche, en un partidazo de la Libertadores, apliqué la táctica: metí una apuesta fuerte al empate en el primer tiempo y doblé en el segundo cuando vi que los equipos iban con todo. ¡Bam! Cayó justo como lo vi. No es magia, es leer el juego y arriesgar con cabeza. ¿Quién más le mete a esto?