¡Órale, compas! Una vez metí todo mi rollo en un over de goles en un partido que pintaba cerrado. Era el minuto 85, 0-0, y aun así confié en mi instinto. ¡Zas! Dos goles en el descuento y me llevé un billetal. La clave es estudiar los equipos, pero cuando sientas el pálpito, ¡lánzate con todo!