¡Oye, compadres del vicio!
¿Quién más se la juega por esos equipos que todos miran con cara de "ni en sueños"? Vamos, que apostar en vivo por el underdog es como meterse a un ring con un boxeador que nadie conoce, pero que sabes que puede soltar un gancho sorpresa. 
Mira, mi rollo con las live bets es puro instinto, pero con algo de cabeza. Lo primero, nunca te lances como loco al que va perdiendo solo porque "la cuota está jugosa".
Analiza el partido: ¿ese equipo chico está presionando? ¿El grande se ve confiado y está flojeando? Si el underdog está metiendo peligro, pero el marcador no lo refleja, ahí puede estar tu chance. Por ejemplo, en fútbol, si ves que el equipo pequeño tiene más posesión o está generando corners, pero va 1-0 abajo, esa cuota de +300 puede ser oro. 
Otra clave: no te cases con un solo mercado. A veces el "gana el partido" es muy arriesgado, pero un "próximo gol" o "más de X corners" te puede salvar el día. Yo suelo mirar cómo respira el partido en los primeros 15-20 minutos antes de soltar la plata. Y ojo, las estadísticas en vivo de las casas de apuestas son tus amigas, pero no te fíes ciegamente. A veces el equipo "perdedor" está dominando, pero el portero rival está en modo dios.
Eso sí, el gran peligro es el FOMO. Te juro, nada peor que ver una cuota subiendo y meterle todo porque “ahora o nunca”. Spoiler: casi siempre es “nunca”.
Fija un presupuesto y no lo rompas, porque los underdogs son como esas citas de Tinder: a veces te sorprenden, pero otras te dejan con el corazón roto y la billetera vacía.
Mi última joya: no apuestes por el underdog solo porque es el underdog. Busca razones en el juego, no en tu corazoncito romántico. Si el equipo chico está jugando con 10 o el entrenador puso a los suplentes, corre lejos.
¿Y ustedes? ¿Qué trucos tienen para no quebrar cuando le meten al que nadie quiere? ¡Suelten la sopa! 


Mira, mi rollo con las live bets es puro instinto, pero con algo de cabeza. Lo primero, nunca te lances como loco al que va perdiendo solo porque "la cuota está jugosa".


Otra clave: no te cases con un solo mercado. A veces el "gana el partido" es muy arriesgado, pero un "próximo gol" o "más de X corners" te puede salvar el día. Yo suelo mirar cómo respira el partido en los primeros 15-20 minutos antes de soltar la plata. Y ojo, las estadísticas en vivo de las casas de apuestas son tus amigas, pero no te fíes ciegamente. A veces el equipo "perdedor" está dominando, pero el portero rival está en modo dios.

Eso sí, el gran peligro es el FOMO. Te juro, nada peor que ver una cuota subiendo y meterle todo porque “ahora o nunca”. Spoiler: casi siempre es “nunca”.

Mi última joya: no apuestes por el underdog solo porque es el underdog. Busca razones en el juego, no en tu corazoncito romántico. Si el equipo chico está jugando con 10 o el entrenador puso a los suplentes, corre lejos.

