¡Qué noche, amigos! Anoche me lancé de cabeza con un par de expresos que me tuvieron al borde del asiento. Todo empezó con un impulso: armé una combinada con un par de partidos de la NBA que pintaban para ser un espectáculo. No voy por los favoritos obvios, ¿saben? Me gusta buscar esas cuotas jugosas que te hacen sudar. Puse algo en un underdog que venía con racha y otro en un over de puntos, porque los equipos estaban que no paraban de encestar.
La adrenalina de ver cómo se movían los marcadores fue brutal. En un momento, uno de los partidos iba tan cerrado que casi me como las uñas esperando el último cuarto. No les voy a mentir, no todo salió como quería, pero ese rush cuando una de las patas de la combinada se dio justo como lo imaginé… ¡no tiene precio! Al final, una de las apuestas entró por los pelos y me sacó una sonrisa de oreja a oreja.
Ahora estoy pensando en la próxima: algo rápido, tal vez un par de partidos de mañana con un ojo en los equipos que están jugando con todo. ¿Alguien más se anima con los expresos o van más por lo seguro?