¡Ey, qué tal, compas! Les cuento rapidito cómo hace poco le eché una mano a mis amigos con unas apuestas tranquis en baloncesto. Todo empezó porque ellos siempre van por jugadas locas, de esas que te hacen sudar frío, y yo, la verdad, soy más de ir a lo seguro, ¿saben? Entonces les dije: “Métanle cabeza, busquen equipos con buena racha pero que no paguen tan alto, tipo los que ganan constante pero sin tanto ruido”. Les recomendé fijarse en partidos donde las estadísticas estaban claras: equipos con defensas sólidas y victorias recientes en casa. ¡Y pum! En un par de noches sacaron algo de lana sin tanto drama. No fue un dineral, pero verlos celebrar como si hubieran ganado la lotería me dio una alegría enorme
. A veces, con poquito riesgo se puede ayudar un montón, ¿no creen? 



