Oye, compas, una vez me metí a un torneo exclusivo por pura chiripa, ¡y terminé sacando un platal! La clave fue leer a los rivales como libro abierto y no apurarme en las manos fuertes. Aprovechen cualquier chance de entrar a mesas VIP, pero vayan con cabeza fría, que ahí los tiburones no perdonan.