¡Ey, tragamonedas-adictos! Mientras ustedes siguen perdiendo sus pesos en esas máquinas que solo saben tragar, yo me la paso ganando con mis apuestas en atletismo. ¿Quieren saber cómo le hago? Primero, déjenme reírme un rato de los que creen que las tragamonedas son “estrategia”
. Ahora sí, presten atención, que este pro de la pista les va a dar una clase gratis.
Yo me enfoco en las competencias de velocidad, 100 y 200 metros, donde todo es puro análisis. Miro los tiempos recientes de los corredores, su historial en pistas específicas y hasta si el viento les juega a favor o en contra. Por ejemplo, en los últimos Juegos Panamericanos, aposté fuerte por un brasileño que venía subiendo su ritmo en los 100 metros planos. ¿Resultado? Plataforma me pagó 3 a 1 y me llené los bolsillos mientras ustedes giraban rueditas sin sentido
.
La clave está en estudiar las estadísticas como si fuera mi Biblia. Uso sitios de apuestas grandes —de esos que todos conocen— y comparo las cuotas. Si veo que un corredor como Noah Lyles está en racha, pero las cuotas lo subestiman, ¡pum!, ahí voy yo. También miro los head-to-heads entre atletas; si uno siempre le gana al otro en pista mojada, y justo llovió, esa es mi mina de oro.
Y no me vengan con que “es suerte”. La suerte es para los que juegan tragamonedas esperando que tres cerezas los salven
. Yo analizo hasta el cansancio: lesiones recientes, si el tipo anda peleado con su entrenador o si está en su pico de forma. La semana pasada, por ejemplo, puse plata en una corredora jamaiquina en los 200 metros. ¿Por qué? Porque su rival directa venía de una lesión y los tontos de las apuestas no lo vieron venir. Gané fácil y me pagaron 2.5 a 1.
Así que dejen de tirar su dinero en esas maquinitas brillantes y aprendan algo útil. El atletismo es donde está la plata de verdad, pero claro, hay que usar el cerebro, no solo apretar botones como monos. Sigan mi estrategia o sigan perdiendo, me da igual, yo seguiré contando billetes mientras ustedes lloran por sus “jackpots” que nunca llegan
. ¡Nos vemos en la cima, o más bien, no los veo porque están muy abajo!

Yo me enfoco en las competencias de velocidad, 100 y 200 metros, donde todo es puro análisis. Miro los tiempos recientes de los corredores, su historial en pistas específicas y hasta si el viento les juega a favor o en contra. Por ejemplo, en los últimos Juegos Panamericanos, aposté fuerte por un brasileño que venía subiendo su ritmo en los 100 metros planos. ¿Resultado? Plataforma me pagó 3 a 1 y me llené los bolsillos mientras ustedes giraban rueditas sin sentido

La clave está en estudiar las estadísticas como si fuera mi Biblia. Uso sitios de apuestas grandes —de esos que todos conocen— y comparo las cuotas. Si veo que un corredor como Noah Lyles está en racha, pero las cuotas lo subestiman, ¡pum!, ahí voy yo. También miro los head-to-heads entre atletas; si uno siempre le gana al otro en pista mojada, y justo llovió, esa es mi mina de oro.
Y no me vengan con que “es suerte”. La suerte es para los que juegan tragamonedas esperando que tres cerezas los salven

Así que dejen de tirar su dinero en esas maquinitas brillantes y aprendan algo útil. El atletismo es donde está la plata de verdad, pero claro, hay que usar el cerebro, no solo apretar botones como monos. Sigan mi estrategia o sigan perdiendo, me da igual, yo seguiré contando billetes mientras ustedes lloran por sus “jackpots” que nunca llegan
