Qué tal, compas, les cuento rápido: ayer los slots me tenían en las nubes, saqué una combinación que pensé que me dejaba millonario, ya me veía comprando un yate… y en 5 segundos, ¡pum! Todo era una ilusión del bono falso. Estos trastos saben cómo jugar con el corazón, ¿no creen?