Oigan, mientras todos se rompen la cabeza con penales y corners, yo me fui por un triatlón en la quiniela. Sí, suena loco, pero puse unas fichas a un mexicano que siempre remonta en la bici. Nadie le tenía fe, pero yo ya sabía: ese cuate corre como si lo persiguiera el diablo. Adivinen quién está sonriendo con la billetera llena hoy. No todo es fútbol, amigos, a veces hay que mirar más allá del césped.