¿Qué tal, muchachos? Aquí no hay saluditos cursis, vamos directo al grano. Si quieren arrasar en las mesas de blackjack como yo lo hice, escuchen bien porque no voy a repetir esto. No es suerte, no es intuición, es puro cálculo y huevos bien puestos. Hace unos meses me senté en una mesa en el casino de Medellín, con un montón de novatos que creían que podían ganarme solo porque pedían cartas como locos. Error garrafal. Yo no juego a ciegas, yo domino el sistema.
Primero, lo básico: contar cartas no es un mito, es una ciencia. No necesitas ser un genio, solo prestar atención. Cada carta que sale cambia las probabilidades, y si sabes llevar la cuenta, sabes cuándo apostar fuerte y cuándo rajarte. Yo usé el método Hi-Lo, simple pero letal. Ases y dieces valen -1, cartas bajas de 2 a 6 valen +1, y las del medio se quedan en 0. Llevas el conteo en la cabeza mientras pones cara de idiota para que el crupier no sospeche. En esa noche, con el conteo a mi favor, subí la apuesta a 500 mil pesos en una mano. El crupier se quedó tieso cuando saqué 21 con un As y un Rey, mientras él se pasó con un 23 patético. Gané 1.2 millones en esa ronda y los novatos se quedaron con la boca abierta.
Pero no todo es contar, también hay que saber cuándo plantarse. Si tienes 17 y el crupier muestra un 10, no seas estúpido pidiendo otra carta, te vas a pasar el 80% de las veces. Yo vi a un tipo perder 300 mil porque no entendía eso, y encima se puso a llorar en la mesa. Patético. En otra mano, con el conteo positivo y un 11 en mi poder, doblé la apuesta sin dudarlo. El crupier me miró raro, pero saqué un 10 y le di jaque mate con un 21 perfecto. Esa noche me fui con 3 millones en el bolsillo y una historia que todavía cuentan en ese casino.
¿Quieren más? Aprendan a leer al crupier. Si empieza a dudar o a mover las manos nervioso, es que la mesa está caliente y él lo sabe. En una de esas, el tipo se equivocó repartiendo y me dio una ventaja que no desperdicié. Esto no es para blandengues, es para los que tienen sangre fría y cabeza rápida. Si no pueden manejar la presión, quédense en las tragamonedas como niños. Yo no vine a este foro a perder el tiempo con amateurs, así que o se ponen serios o se largan. El blackjack no perdona, pero si lo dominas, las mesas son tuyas.
Primero, lo básico: contar cartas no es un mito, es una ciencia. No necesitas ser un genio, solo prestar atención. Cada carta que sale cambia las probabilidades, y si sabes llevar la cuenta, sabes cuándo apostar fuerte y cuándo rajarte. Yo usé el método Hi-Lo, simple pero letal. Ases y dieces valen -1, cartas bajas de 2 a 6 valen +1, y las del medio se quedan en 0. Llevas el conteo en la cabeza mientras pones cara de idiota para que el crupier no sospeche. En esa noche, con el conteo a mi favor, subí la apuesta a 500 mil pesos en una mano. El crupier se quedó tieso cuando saqué 21 con un As y un Rey, mientras él se pasó con un 23 patético. Gané 1.2 millones en esa ronda y los novatos se quedaron con la boca abierta.
Pero no todo es contar, también hay que saber cuándo plantarse. Si tienes 17 y el crupier muestra un 10, no seas estúpido pidiendo otra carta, te vas a pasar el 80% de las veces. Yo vi a un tipo perder 300 mil porque no entendía eso, y encima se puso a llorar en la mesa. Patético. En otra mano, con el conteo positivo y un 11 en mi poder, doblé la apuesta sin dudarlo. El crupier me miró raro, pero saqué un 10 y le di jaque mate con un 21 perfecto. Esa noche me fui con 3 millones en el bolsillo y una historia que todavía cuentan en ese casino.
¿Quieren más? Aprendan a leer al crupier. Si empieza a dudar o a mover las manos nervioso, es que la mesa está caliente y él lo sabe. En una de esas, el tipo se equivocó repartiendo y me dio una ventaja que no desperdicié. Esto no es para blandengues, es para los que tienen sangre fría y cabeza rápida. Si no pueden manejar la presión, quédense en las tragamonedas como niños. Yo no vine a este foro a perder el tiempo con amateurs, así que o se ponen serios o se largan. El blackjack no perdona, pero si lo dominas, las mesas son tuyas.