Oigan, ¿qué tal si te digo que la estrategia de riesgo doble es como bailar con el diablo en la ruleta? Anoche, tiré todo en rojo, doblé la apuesta tras perder, y ¡pum! El croupier me guiñó un ojo cuando gané. En blackjack, es otro rollo: doblo como loco si la mesa está caliente, pero ojo, las bonificaciones de los casinos son un anzuelo disfrazado. ¿Quién más se anima a este juego de nervios?