¡Vaya locura de noche en el casino, amigos! Estaba siguiendo un partido de hockey impresionante, de esos que te mantienen al borde del asiento. Los equipos iban palo a palo, y yo, confiado, decidí meterle una apuesta en el último minuto a que el equipo underdog remontaría. ¡Y qué creen! En los últimos segundos, golazo, remontada épica y mi apuesta se disparó. Grité como si estuviera en la cancha. La adrenalina de esa victoria fue algo inolvidable, de verdad. ¿A alguien más le ha pasado algo así con una apuesta de infarto en el casino? ¡Cuéntenme sus historias!