Qué tal, banda, ¿alguien más ha caído en el embrujo de los slots progresivos o solo yo soy el tonto que sigue girando? Entre las luces parpadeantes y esas promos que te juran el cielo, ya perdí la cuenta de cuántas veces me prometí "solo una más". El otro día, casi me da un infarto con un jackpot que parecía real… hasta que leí la letra chica de la oferta. ¿Soy el único que siente que estas máquinas son como un novio tóxico? Te dan esperanza, te quitan todo y luego te mandan un "vuelve pronto" con una sonrisa.