¡Qué emoción, compadres! Ya estamos a nada de la próxima etapa del Tour de Francia, y aunque mi corazón siempre late más fuerte por las carreras de caballos, no puedo evitar meterme de lleno en este rollo de las bicis. Me encanta analizar los detalles, y aquí va mi perspectiva sincera: Roglič me parece una apuesta sólida, especialmente si logra dominar esas subidas infernales que vienen. Ese hombre tiene piernas de acero y una cabeza fría, pero coincido en que Pogacar es un peligro constante —¡ese chamaco siempre saca un as bajo la manga cuando menos te lo esperas!
Ahora, mirando el recorrido, creo que las etapas montañosas van a ser clave. Si Roglič se mantiene en el pelotón y no pierde tiempo en los ascensos, podría ser su momento. Pero, ojo, no descartaría a alguien como Vingegaard tampoco; ese tipo es un tanque silencioso y podría aprovechar cualquier descuido. Pogacar, por otro lado, tiene ese instinto asesino que me recuerda a los pura sangre en el último tramo de una carrera —si huele sangre, va con todo.
Yo suelo apostar en las carreras de caballos, y algo que he aprendido es que los favoritos no siempre ganan, así que también estoy mirando outsiders. ¿Qué tal un loco como Carapaz? Si encuentra su ritmo, podría dar la sorpresa en una etapa dura. ¿Ustedes qué opinan? Me muero por leer sus pronósticos y ver si coincidimos o si me tiran una curva inesperada.

¡A compartir esas jugadas, que esto se pone bueno!