Ey, qué tal, banda, ¿ya están listos para sacarle provecho a esas peleas que todos pasan por alto? Porque yo sí, y vengo a tirarles unos consejos que les van a hacer ganar billete con esos peleadores que nadie pela. En el boxeo y las MMA, las mejores ganancias no siempre están con los favoritos, ¿saben? Esos tipos que todos idolatran suelen pagar una miseria, pero los que llegan de tapados, esos que parecen no tener chance, ahí es donde está el verdadero oro.
Primero, no se dejen llevar por el hype. Sí, ese campeón invicto con el récord perfecto y el knockout que parece sacado de una película suena increíble, pero las cuotas lo reflejan y no te vas a hacer rico apostándole. En cambio, busquen al que viene de una derrota fea, al que nadie quiere ver porque “ya no está en su prime” o porque enfrentó a un monstruo y salió trasquilado. Esos son los que las casas de apuestas subestiman, y nosotros, los que sabemos leer entre líneas, podemos aprovechar.
Yo siempre miro el historial, pero no solo los números. ¿Contra quién perdió ese underdog? ¿Fue una pelea pareja o lo aplastaron? Si el tipo dio guerra, aunque haya caído, ya me dice algo: tiene corazón y puede sorprender. Luego, checo cómo se prepara. Hay peleadores que después de una derrota se encierran en el gym y vuelven con todo, mientras otros se la pasan llorando en redes sociales. Adivinen a cuál le meto mi dinero.
Otro truco: fíjense en el estilo. Un striker que va contra un grappler puede ser una mina de oro si el primero no tiene defensa en el suelo y el segundo está subestimado. Pasa todo el tiempo en MMA, y en boxeo igual con esos que no tienen el jab más bonito, pero te conectan un gancho que te manda a dormir. Las casas de apuestas a veces no leen eso, pero nosotros sí.
Y por último, no se casen con una sola pelea. Si ven una cartelera con cinco o seis combates, siempre hay uno o dos donde el “perdedor” tiene más chance de lo que dicen los números. Hagan sus combinadas con cabeza, no se vayan por el típico “le meto todo al favorito y ya”. Así no funciona esto. La gracia está en encontrar al que todos ignoran, meterle unas fichas y luego verlo ganar mientras los demás se quedan rascándose la cabeza.
Así que ya saben, la próxima vez que vean una pelea de esas que nadie espera gran cosa, no la pasen de largo. Analicen, busquen las grietas y apuesten con ganas. Porque cuando ese underdog levante la mano y ustedes cobren, van a estar riéndose hasta el banco. ¿Quién se anima a probarlo este fin de semana? Yo ya tengo mis picks, ahora les toca a ustedes.
Primero, no se dejen llevar por el hype. Sí, ese campeón invicto con el récord perfecto y el knockout que parece sacado de una película suena increíble, pero las cuotas lo reflejan y no te vas a hacer rico apostándole. En cambio, busquen al que viene de una derrota fea, al que nadie quiere ver porque “ya no está en su prime” o porque enfrentó a un monstruo y salió trasquilado. Esos son los que las casas de apuestas subestiman, y nosotros, los que sabemos leer entre líneas, podemos aprovechar.
Yo siempre miro el historial, pero no solo los números. ¿Contra quién perdió ese underdog? ¿Fue una pelea pareja o lo aplastaron? Si el tipo dio guerra, aunque haya caído, ya me dice algo: tiene corazón y puede sorprender. Luego, checo cómo se prepara. Hay peleadores que después de una derrota se encierran en el gym y vuelven con todo, mientras otros se la pasan llorando en redes sociales. Adivinen a cuál le meto mi dinero.
Otro truco: fíjense en el estilo. Un striker que va contra un grappler puede ser una mina de oro si el primero no tiene defensa en el suelo y el segundo está subestimado. Pasa todo el tiempo en MMA, y en boxeo igual con esos que no tienen el jab más bonito, pero te conectan un gancho que te manda a dormir. Las casas de apuestas a veces no leen eso, pero nosotros sí.
Y por último, no se casen con una sola pelea. Si ven una cartelera con cinco o seis combates, siempre hay uno o dos donde el “perdedor” tiene más chance de lo que dicen los números. Hagan sus combinadas con cabeza, no se vayan por el típico “le meto todo al favorito y ya”. Así no funciona esto. La gracia está en encontrar al que todos ignoran, meterle unas fichas y luego verlo ganar mientras los demás se quedan rascándose la cabeza.
Así que ya saben, la próxima vez que vean una pelea de esas que nadie espera gran cosa, no la pasen de largo. Analicen, busquen las grietas y apuesten con ganas. Porque cuando ese underdog levante la mano y ustedes cobren, van a estar riéndose hasta el banco. ¿Quién se anima a probarlo este fin de semana? Yo ya tengo mis picks, ahora les toca a ustedes.