¡Qué tal, gente! Llevo un tiempo probando la estrategia de D’Alembert en apuestas deportivas, sobre todo en partidos de fútbol, y quería compartir cómo me ha ido y qué pienso de ella. Para los que no la conocen, es un sistema que se basa en subir o bajar tu apuesta en una unidad dependiendo de si pierdes o ganas. Suena sencillo, ¿no? Pero vamos a desglosarlo.
Primero, empecé usándola en ligas que sigo mucho, como la Liga MX y la Premier League. La idea era apostar a resultados simples, como victoria local o empate, porque los momios suelen ser más estables. Decidí que mi unidad base serían 100 pesos, algo cómodo para mi bolsillo. Si perdía, subía a 200; si volvía a perder, a 300, y así. Si ganaba, bajaba una unidad. La teoría dice que, a la larga, tus ganancias deberían cubrir las pérdidas, siempre y cuando no te pegue una racha perdedora muy heavy.
Lo que me gusta de D’Alembert es que no es tan agresivo como la Martingala, donde doblas y te puedes quedar sin lana rapidísimo. Aquí el crecimiento es más tranquilo, y sientes que tienes algo de control. Por ejemplo, en un fin de semana de la Premier, aposté a que el Arsenal le ganaba al Tottenham. Perdí, así que subí mi apuesta para el siguiente partido, un empate del Liverpool. Gané, recuperé algo y bajé la apuesta de nuevo. Esa sensación de “ir ajustando” me dio confianza.
Pero no todo es color de rosa. Hubo un par de semanas en que las cosas no salieron bien. Tuve una racha de tres derrotas seguidas en la Liga MX, y aunque las subidas no eran tan grandes, sí empecé a sentir la presión. Ahí me di cuenta de que D’Alembert no es mágica: si no eliges bien tus apuestas, ninguna estrategia te salva. Además, necesitas un bankroll decente para aguantar rachas malas, porque si te quedas corto, te quedas fuera del juego.
Otro punto es que los momios en fútbol a veces no ayudan. Como suelo ir por apuestas seguras (o eso pienso), los pagos no siempre son altos, entonces las ganancias netas crecen despacito. En un mes, después de unas 20 apuestas, terminé con una ganancia de unos 800 pesos, pero también hubo momentos en que estuve en rojo. No es una fortuna, pero tampoco me quejo, porque sigo en el juego sin arriesgar de más.
Si me preguntan si vale la pena, diría que sí, pero con peros. D’Alembert te da una estructura, algo que seguir, y eso es clave para no apostar como loco. Pero no es infalible. Tienes que estudiar los partidos, conocer los equipos y, sobre todo, tener paciencia. Si eres de los que se emociona y quiere recuperar todo en una sola jugada, este sistema no es para ti.
Me gustaría saber si alguien más ha probado D’Alembert en apuestas deportivas o hasta en juegos virtuales de casino. ¿Qué tal les ha ido? ¿Algún consejo para afinar la estrategia? Estoy abierto a ideas para no quedarme estancado. ¡Échenme la mano con sus experiencias!
Primero, empecé usándola en ligas que sigo mucho, como la Liga MX y la Premier League. La idea era apostar a resultados simples, como victoria local o empate, porque los momios suelen ser más estables. Decidí que mi unidad base serían 100 pesos, algo cómodo para mi bolsillo. Si perdía, subía a 200; si volvía a perder, a 300, y así. Si ganaba, bajaba una unidad. La teoría dice que, a la larga, tus ganancias deberían cubrir las pérdidas, siempre y cuando no te pegue una racha perdedora muy heavy.
Lo que me gusta de D’Alembert es que no es tan agresivo como la Martingala, donde doblas y te puedes quedar sin lana rapidísimo. Aquí el crecimiento es más tranquilo, y sientes que tienes algo de control. Por ejemplo, en un fin de semana de la Premier, aposté a que el Arsenal le ganaba al Tottenham. Perdí, así que subí mi apuesta para el siguiente partido, un empate del Liverpool. Gané, recuperé algo y bajé la apuesta de nuevo. Esa sensación de “ir ajustando” me dio confianza.
Pero no todo es color de rosa. Hubo un par de semanas en que las cosas no salieron bien. Tuve una racha de tres derrotas seguidas en la Liga MX, y aunque las subidas no eran tan grandes, sí empecé a sentir la presión. Ahí me di cuenta de que D’Alembert no es mágica: si no eliges bien tus apuestas, ninguna estrategia te salva. Además, necesitas un bankroll decente para aguantar rachas malas, porque si te quedas corto, te quedas fuera del juego.
Otro punto es que los momios en fútbol a veces no ayudan. Como suelo ir por apuestas seguras (o eso pienso), los pagos no siempre son altos, entonces las ganancias netas crecen despacito. En un mes, después de unas 20 apuestas, terminé con una ganancia de unos 800 pesos, pero también hubo momentos en que estuve en rojo. No es una fortuna, pero tampoco me quejo, porque sigo en el juego sin arriesgar de más.
Si me preguntan si vale la pena, diría que sí, pero con peros. D’Alembert te da una estructura, algo que seguir, y eso es clave para no apostar como loco. Pero no es infalible. Tienes que estudiar los partidos, conocer los equipos y, sobre todo, tener paciencia. Si eres de los que se emociona y quiere recuperar todo en una sola jugada, este sistema no es para ti.
Me gustaría saber si alguien más ha probado D’Alembert en apuestas deportivas o hasta en juegos virtuales de casino. ¿Qué tal les ha ido? ¿Algún consejo para afinar la estrategia? Estoy abierto a ideas para no quedarme estancado. ¡Échenme la mano con sus experiencias!