¡Vaya locura la del último torneo de póker! Entré con la idea de solo pasar un buen rato, pero terminé llegando más lejos de lo que esperaba. Todo empezó tranquilo, con unas manos decentes y un par de faroles que me salieron bien. Pero en la mesa final, la cosa se puso intensa. Había un tipo que parecía leer cada movimiento, y otro que apostaba como si no hubiera mañana. Logré mantenerme en juego hasta el top 5, pero un all-in arriesgado me dejó fuera. No gané el gran premio, pero la adrenalina y las risas con los demás jugadores valieron la pena. Aprendí un par de trucos nuevos que seguro usaré en el próximo torneo. ¿A alguien más le ha pasado que un torneo te sorprende así? ¡Cuéntenme sus historias!